El consumismo nocturno esta invadiendo Trujillo.
Es domingo de noche, llego al Real Plaza y en la entrada me reciben las lucecitas intermitentes de los juguetes; camino en el suelo cuadriculado, sintiendo el frío agudo. La gente hace sus compras, entran y salen, con bolsas amarillas; hombres, mujeres y niños se pasean por todos lados.
Entro al pasaje donde se ubican todas las tiendas, hay una
buena cantidad de personas, suena la música de un puesto de ventas de entradas
del concierto de Jorge Gonzales, ex vocalista de los prisioneros. Hay de todo :
ópticas, tiendas de ropa, de tecnología,
joyerías, relojes, de útiles escolares y demás.
Todos estos lugares están atiborrados de gente. Ahora, ¿Por
qué los fines de semana?¿Porque no otro día u hora cualquiera?, le pregunté a
la gente y me respondieron que visitan el Real Plaza los fines de semana de
noche porque están libres y es el
momento en que ya descansaron del trajín del trabajo. Entonces podemos decir
que los sabados y domingos en hora nocturna el Real Plaza se colma de gente.
Hay otro factor por el cual una persona va a un centro
comercial, me explicaba Esteban Mendoza -estudiante de Ingeniería Industrial- cuando
hay una mayor cantidad de gente, ya sea en una tienda o un centro comercial, se
incrementan las ganas de consumir.“Por ejemplo, si veo a esa persona comiendo
canchita, de repente no voy a tener hambre, pero genera una necesidad de
hacerlo; este principio pertenece a la psicología consumista”, comento Esteban.
Ahora imagínense un lugar saturado de
consumidores. Podemos decir que dependiendo del número de individuos
será el grado de consumo nocturno en este centro comercial.
La vida ajetreada necesita un respiro. El salir con la
familia o con amigos, a un centro comercial como lo es Real Plaza, es motivo de
distención y relajo. Esto causa una gran concentración de gente al punto en que las tiendas se ven plagadas los
fines de semana por los compulsivos consumidores. Observando esto, y siguiendo la idea explicada
por Esteban, comprobamos que aumenta significativamente el consumismo en
nuestra ciudad.
Por lo tanto el hecho de consumir o comprar no debe volverse
un paradigma de descanso, sino que debería ser una oportunidad para tener un vínculo
más estrecho con la familia; yendo al campo, leer un buen libro o hacer
ejercicios.
Estamos en una sociedad concentrada en el trabajo para
consumir.
Escrito por: Gustavo Quevedo
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